La FRATERNITE NOTRE DAME es una Congregación religiosa católica, fundada por Monseñor Jean Marie. Se compone de Obispos, Sacerdotes, Diáconos, de Religiosos y Religiosas - que se llaman habitualmente los Siervos y Siervas de Nuestra Señora - y de miembros de la Tercer-Orden (personas laicas).
Los obispos de la FRATERNITE NOTRE DAME tienen su sucesión apostólica de Monseñor Pierre Martín Ngo Dinh Thuc, que fue Arzobispo de Hué en Vietnam, Obispo de la Iglesia Católica Romana, él mismo recibió la Consagración Episcopal de Monseñor Antonio Drapier con mandato especial de su Santidad el Papa Pío XI.
Nuestra Congregación espera pacientemente el tiempo en que Pedro la confirmará en la Fe.
El objetivo de la FRATERNITE NOTRE DAME es mantener y promover la Fe, Una, Santa, Católica y Apostólica.
Nuestra fe se basa en la Escritura Santa, el Credo de Nicea, y el Credo aclarado más recientemente por el Papa Pablo VI.
La FRATERNITE NOTRE DAME reconoce los mismos Concilios que la Iglesia Católica Romana, desde el de Jerusalén hasta el de Vaticano II incluido, aunque deplora algunas interpretaciones abusivas de este último.
La FRATERNITE NOTRE DAME reconoce todos los dogmas definidos por la Iglesia Católica Romana.
LA FRATERNITE NOTRE DAME SE HACE UN DEBER DE:
Mantener la celebración de la Misa según el Rito Tridentino, con adaptaciones para distintas rúbricas, tal como fue celebrada desde la fundación de nuestra Congregación por los Fundadores, y al ejemplo de algunas Comunidades Orientales que guardan la celebración de los santos misterios según un rito propio y secular;
Celebrar, de conformidad con el deseo de la Iglesia, el Oficio Divino varias veces al día, en público o en privado.
Dar prueba de su fe en la real presencia de Nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía garantizando la adoración eucarística varias veces por semana.
Buscar sinceramente la unidad Católica y trabajar también por la unidad de la cristiandad.
La FRATERNITE NOTRE DAME se distingue por su gran amor hacia la Bienaventurada Virgen María, que se expresa a través de su fe, su liturgia, su vida comunitaria y su acción misionera.
La FRATERNITE NOTRE DAME tiene una inmensa preocupación de Evangelización, yendo siempre hacia los que sufren más, en su corazón o en su cuerpo, que estén ricos o pobres, enfermos o en buena salud, justos o pecadores, prisioneros u hombres libres, sin distinción de raza, clase, sexo o creencia.
Su deseo es que aportar la Buena Nueva a todos los pueblos en un espíritu misionero de amor, paz, unidad, tolerancia, alegría y simplicidad.