"Estoy buscando "Verónicas" para limpiar y honrar mi Faz Divina, que cuenta pocos admiradores". Me hizo entender de nuevo que los que se apliquen a esta obra de Reparación harán en eso el oficio de la piadosa Verónica.
"Por mi Santa Faz, haréis prodigios".
"Mi hija, te doy Mi Faz y Mi Corazón, te doy mi Sangre, te abro Mis Heridas, ¡Saca de allí y derrama, saca de allí y derrama! Compra sin dinero, Mi Sangre es el precio de las almas. Y qué tristeza para Mi Corazón que estos remedios que me costaron tanto estén despreciados. Pide a mi Padre tantas almas como las gotas de sangre que derramé durante mi Pasión".
"Cada vez que ofrezcas mi Faz a Mi Padre, Mi boca pedirá misericordia".
A la edad de 12 años, estando en la iglesia parroquial de San Pedro in Sala de Milán, Italia, el Viernes Santo, oyó una voz clara que le decía: "¿Nadie me da un beso de amor sobre mi Cara, para reparar el beso de Judas?"
En 1919, Hermana Maria Perina fue enviada a la Casa Madre en Buenos Aires, y el 12 de abril de 1920, mientras que se quejaba a Jesús con respecto a un sufrimiento que ella experimentaba; Se presentó a ella, cubierto con sangre y con una expresión de ternura y dolor "que nunca olvidaré" escribió; Le dice: "Y Yo, ¿Qué hice?" Hermana María Pierina entendió, y la Santa Faz de Jesús se convirtió en su libro de meditación, la puerta de entrada hacia Su Corazón.