Debéis rezar aún más a vuestros Ángeles Custodios y prestarles mucho más atención. ¡Si supierais cuánto os aman!
Rezad mucho, rezad sin cesar, de este modo, la paz estará con vosotros, ya no os dejará…"
(Nuestra Señora a Monseñor Juan María,
el 14 de abril)
"La dignidad de las almas es tan grande que cada una tiene, desde su nacimiento, un ángel encargado de su custodia".
San Jerónimo, 347- 30 de septiembre de 420
(Comentario sobre San Mateo)
"El Ángel de Dios nos acompaña de su presencia, nos honra con su benevolencia, nos ama, nos ayuda y nos protege.
No olvidemos nunca su presencia, ¡que nunca este príncipe celestial haya de ruborizarse de nosotros! No hagamos nunca una cosa que no nos atreveríamos a hacer en presencia de nuestro padre, madre, etc… porque en toda parte, a cada instante, nuestro Ángel Custodio está aquí. Su presencia es toda ternura, todo amor."
San Bernardo 1090 - 20 de agosto 1153