La escarcha centella sobre las crestas de los campos labrados. Los árboles brotan en pardos y sepias. El azul del cielo hunde en las vías del infinito. El otoño despliega su fiesta. Cristo es Rey...
Un monumento en los campos. Una alta capilla coronada con pizarras con un campanario y una campana.
En los vallejos dorados de octubre, dos ángeles velan sobre la Reina de los Cielos: Nuestra Señora de FFrechou, de mármol blanco, se eleva clara al sol naciente. Cristo es Rey...
Pilato le había dicho "¿Con que tú eres Rey?". Había respondido "Así es como dices: yo soy Rey." Pero rey doliente, coronado con espinas, presentado a la muchedumbre en furia por estas palabras "Ecce Homo". He aquí el hombre – el hombre-Dios.
¡No tengamos miedo de este Rey! No nos pongamos tiesos porque es un rey de amor. Vayamos a consolarlo en su santuario al norte del Illinois, construido por los Siervos y Siervas de Nuestra Señora por amor por Él, para devolverle amor por amor.
Entremos en el santuario. Jesús nos espera. Prometió gracias de elección en ello.
Este lugar fue construido según revelaciones. ¿Según revelaciones? ¿Pero por qué asombrarse? cuándo sabemos, cuándo vemos cuánto el diablo inspira a tantas personas, y cómo lleva el baile de nuestro siglo, ¿por qué Jesús por su parte no diría nada?
Quiso manifestarse a S.E. Monseñor Jean Marie. Le pidió erigir este santuario para que sea honrado muy especialmente este episodio de la Pasión donde Nuestro Señor fue presentado a la muchedumbre, abandonado por sus familiares, a excepción de su Santísima Madre que lo miraba con amor, compadeciéndose a sus sufrimientos tanto del cuerpo como del corazón: "Ecce Homo".
Nuestro tiempo tiene tanto que meditar este pasaje...
Vengan, vengan para un corazón a corazón con el Salvador. Vengan, cuando monseñor celebra la misa tan solemnemente...
Vengan, cuando, al ponerse, el sol ilumina de sus rayos las vidrieras realizadas por dos hermanitas, Madre Marie Faustine, la Maestra de las Novicias y Hermana Marie Fabienne. La luz estalla en oro sobre el retablo. El círculo del rosetón rodea con luz a los angelitos. Jesús nos llama a la adoración. Cristo es Rey.
En este santuario erigido de sillares, encontrarán el arte de las iglesias de Europa, con sus mármoles dibujados, sus columnas, su armazón cincelado. El órgano hará cantar sus tonos barrocos. Estarán un poco fuera del tiempo, lejos del ruido, lejos del mundo, y la Segunda Persona Divina se revelará en su cuadro milagroso: Jesús de Nazaret, Ecce Homo. Su manto real de púrpura les seducirá y quizá tendrán la gracia como otros lo tuvieron, de verlo animarse y sonreír...
En este remanso de paz, en el norte de Illinois, lejos del ruido, lejos de los hombres, Cristo les espera. La virgen Inmaculada les dará sus gracias desde su cripta. Les consolará de sus dolores. Los Siervos y Siervas de Nuestra Señora les esperan también. Rezan y esperan este momento en que pasarán la puerta...
Este lugar bendito, este "nido de amor", no lo descuidan. Entren en la Paz. Cristo es Rey.
Escrito en la fiesta del Cristo Rey 2010
La Santísima Eucaristía
El Sagrado Corazón de Jesús 
La Santísima Virgen María